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lunes, 26 de junio de 2017

Pensamiento 4


Ayer leí nuestras viejas conversaciones, todo estaba aparentemente bien, ¿Qué nos pasó?; es la pregunta que no puedo dejar de hacerme, hablábamos hasta de por qué tal cosa es de tal color, nos inventamos nuestras propias palabras, nuestras propias miradas cómplices, incluso gestos y alguna que otra risa.
Despertarme todas las mañanas era algo inevitablemente acompañado de un… ¿Cómo estará?, ¿Cómo habrá dormido?, entonces te escribía, algunas veces respondías rápido, con el tiempo fuiste tardando más, ahora… ahora hay una distancia que lastima.
Dejaste de pedirme que te escriba textos algo cursi, dejaste de decirme “hermosa”, clavabas el visto una que otra vez y ahora ni siquiera puedo ver tu ultima conexión, si, vamos de mal en peor al parecer, marcame cual es la escalera que me lleva a como estábamos antes, o al menos algo parecido, porque de este lado aun hacen falta las charlas, las risas espontaneas, las miradas que lo decían todo sin necesidad de palabra alguna, hace falta ese tiempo en el que nos llamábamos amigos y de verdad se sentía así.
Sigo leyendo viejos mensajes, y nos extraño, extraño como éramos antes de todo esto, antes de besarte, antes de mirarte así, como si no existiese nadie más.
A veces la gente dice que es fácil dar vuelta la página y seguir adelante, pero créeme que si pudiera habría congelado el tiempo, nos habría detenido en alguno de los tantos abrazos que nos dimos.

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19/08/24 - 18:22 hs

 ¿Que es esto que estoy sintiendo? ¿Por que senti esa paz y esas ganas de quedarme, cuando me recosté sobre tu pecho? Tengo tantas preguntas...