Una certeza

Me gusta mirarte, porque por unos cuántos minutos el mundo parece detenerse en vos.
Todos los días te descubro algo nuevo.
Descubro que no hay nada más dulce que la mirada que haces cuando te miro de manera provocadora.
Te miro, incluso cuando estás distraído, cuando por un segundo entrecerras los ojos, a veces temblas, unos segundos después sonreís, y a mi se me estremece el alma.
Porque aún no se exactamente qué haces, pero no dejes de hacerlo, me das vuelta el mundo solo con ser vos mismo, cuando me miras, todo lo que haces en ese instante es volverme un poco más loca.
Así que no dejes de mirarme,
No dejes de hacer que pierda la noción del mundo cuando me tomas entre tus brazos. Porque abrazarte es comenzar a pensar que los antídotos para todo mal, si existen, y son tus abrazos, son esos besos que me hacen despegar los pies de la tierra.
Si, estoy a miles de kilómetros, y ahora mismo puede que todo suene demasiado cursi, pero tenía esa necesidad de recordarte que las mejores sonrisas me las robas vos, incluso esas que no tienen ganas de salir, te quiero, y esa es la única certeza de alguien que no está segura de absolutamente nada en el mundo.