23/09/19

Era una clase más, una mas de las que siempre espero con ansias.
Es lunes, son las 23:30, y para escribir esto puse una playlist de Tango; quizás para recordar mejor cada detalle, o intentarlo.
A veces siento que soy muy buena en esto (otras no tanto), aunque arranqué hace poco, y ni siquiera sabía que me gustaba tanto; pero una que otra clase él profesor me toma de ejemplo, y ahí es que me siento... "Un poco más en mi segundo lugar en él mundo" (él primero es la medicina).
-¿Viste que lindo es bailar?, me dijo hoy él profesor, en él medio de un ejercicio que había que juntar palma con palma, entonces él proponía movimientos, y yo era él espejo.
No se en que momento le hice caso y me dejé llevar (cosa que siempre me costó tanto), pero él y él tango lo lograron en tan solo un mes.
Habrán sido diez minutos máximo, pero en mi cabeza estábamos en una película, o mejor, en un musical, bailando y con ese ejercicio que ahora llamo "él espejo del tango".
-¿Viste que lindo es bailar?, me dijo él profesor, y yo no podía parar de sonreír.
-Si, No se como no me anime antes (le dije con una sonrisa de oreja a oreja), aunque ya estaba sonriendo hace como una hora.
-Esto me recuerda a algo que vi en un vídeo de tango (le dije durante él ejercicio del espejo). Él sonrió.
Esa conexión al bailar, ese amor por la música, ese "¿Viste que lindo es bailar?" que aun después de horas sigue resonando en mi cabeza.
-Si, que lindo es bailar, y que bueno haberme animado.